No estoy sola.
Hecha de tinieblas tangibles y lamentos latentes
me acecha por la espalda constante y sigilosamente
la sombra maldita que un día parí.
Conoce a la perfección cada inhóspito recoveco de mi atormentada mente
susurrando en mi oído indefenso sólo exactamente
las palabras que liberan fieras ancestrales en mí.
Con una uña afilada y mugrienta
escarba cada una de mis llagas purulentas
y hace brotar sangre y lágrimas por igual.
De ellas mismas se alimenta,
y de la chica macabra y truculenta
de la que es parte escencial.
Lograste conmigo menguarla,
Ahuyentarla, reducirla, casi ca